Para conocer el despegue del sector turístico en España hay que retrotraerse a los años sesenta del siglo pasado. El Franquismo apostó decididamente por el turismo (a todos nos vendrá a la mente aquel famoso eslogan: "Spain is different"), convirtiéndose en uno de los puntales del gran desarrollismo español, lo que permitió niveles de crecimiento económico nunca conocidos. Hoy en día es considerado como un sector estratégico, sometido a continuas acciones de estimulación por parte de los diferentes gobiernos de España, conscientes del enorme peso económico de esta actividad.
El desarrollo del turismo en España se ha visto favorecido por una serie de factores; unos climáticos, derivado de su diversidad climática, lo que permite ofrecer tanto turismo de sol y playa como nieve; otros geoestratégicos, pues se encuentra muy próximo a los centros demandantes de servicios turísticos, o socioculturales, donde destaca el enorme patrimonio cultural del que dispone.
Como ya hemos comentado, el despegue del turismo en España tiene lugar en la década de los años sesenta del siglo veinte. En 1960 llegaron a España unos 6 millones de turistas, iniciando un crecimiento que será constante hasta los años setenta, década en la que la crisis del petróleo provocó un descenso en el número de visitantes. No será hasta mediados de los años ochenta cuando se recuperen cifras anteriores, continuando un ascenso que llega hasta nuestros días.
Consciente de su valor en el conjunto de la economía, España ha sabido adaptarse a la demanda turística invirtiendo tanto en infraestructuras (autopistas, aeropuertos etc.) como en instalaciones hoteleras, pasando de las quinientas mil plazas en 1970 a más de un millón a finales de los años 90.
El turismo que llega a España es de tipo medio, aunque también recibe un turismo de alto nivel localizado en la Costa del Sol (Marbella, Torremolinos) o Baleares (Palma, Ibiza). Es además un turismo de estacionalidad centrado sobre todo en verano y primavera, un periodo bastante amplio si lo comparamos con otros países del entorno.
Países de origen del turismo en España. |
La Alhambra y las cumbres de Sierra Nevada al fondo. |
El turismo interior es por lo general cultural (exceptuando los deportes de invierno), con una oferta cultural y monumental muy variada, destacando ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Granada, donde la Alhambra es el monumento más visitado del país.
Destacar el crecimiento que ha experimentado en los últimos años el turismo rural, opción por la que se decide sobre todo el turista nacional.
El turismo de nieve se centra en los Pirineos y Sierra Nevada, la estación de esquí más al sur de Europa.
Las grandes zonas turísticas son sin duda la costa, sobre todo la mediterránea y la sur-atlántica (Costa de la Luz, costa del Sol, el Levante o la Costa Brava). Estas regiones cuentan con un clima mediterráneo que asegura muchas horas de sol anuales además de temperaturas óptimas para el turismo de playa.
Es de destacar el caso balear, pues supone una cuarta parte de la oferta hotelera nacional y recibe un tercio del turismo. Las playas gaditanas y onubenses también son muy visitadas, generalmente por turistas nacionales. Las Islas Canarias, gracias a su localización tropical, disfrutan de un clima excelente durante todo el año, lo que las ha convertido en un destino turístico preferente.
Principales áreas turísticas en España. |
Pero este proceso también ha generado aspectos negativos, sobre todo en lo referente al medio ambiente. La especulación del suelo o la excesiva urbanización, la cual ha sido en muchos casos espontánea y no planificada, han provocado consecuencias a nivel medioambiental.