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jueves, 30 de junio de 2011

El Mundo Clásico en conflicto, la Guerra del Peloponeso.

Aliados en la Guerra del Peloponeso.
La Guerra del Peloponeso fue un conflicto militar que, entre los años 431 y 404 a.c., enfrentó  a las dos grandes potencias de la Grecia Clásica y sus aliados. Se trató de un conflicto entre dos potencias antagónicas, de un lado la Atenas democrática (entiéndase en su contexto histórico) que basaba su poderío en su fuerza naval, y Esparta, dominada por una aristocracia tirana y que tenía su bastión en su ejército de tierra. Tras las Guerras Médicas estas dos ciudades-estado consiguieron destacarse y como táctica defensiva ante el Imperio Persa crearon sus propias ligas, por un lado la Liga de Delos, comandada por Atenas, y por otro la Liga del Peloponeso, encabezada por Esparta.

El origen de la guerra va a estar en el conflicto económico-político entre Atenas y Corinto, aliada de Esparta. Atenas ataca Potidea e impone un bloqueo comercial a Megara, ambas poleis aliadas de Esparta. Este será el "casus belli" que lanzará a Esparta a la guerra.

Guerra del Peloponeso; Alianzas y principales batallas.

En una primera fase el ejército espartano comandado por Arquímado, va a lanzar diversas ofensivas terrestres sobre el Ática, mientras que los atenienses, seguros de su superioridad naval, atacan por mar las costas del Peloponeso. En esta etapa cabe destacar la derrota espartana en Esfacteria (425 a.c.) y la debacle ateniense en Anfípolis (422 a.c.) que llevará a ambos contendientes a declarar un cese de las hostilidades durante 50 años con la Paz de Nicias (421 a.c.).
Pero este periodo de paz durará poco, apenas seis años, y es que la agresiva política ateniense reaviva el conflicto. Argos y otras ciudades-estado se alían con Atenas atraídas por sus valores democráticos, abandonando la Liga del Peloponeso, algo que Esparta no podía pasar por alto. La coalición ateniense lanza una ofensiva contra Tegea, ciudad cercana a Esparta y de gran valor estratégico, lo que provoca la respuesta de ésta. Tras la batalla de Mantinea (418 a.c.), la victoria se decanta finalmente del lado espartano.

La guerra se traslada a la Magna Grecia.
A partir del año 415 a.c., con el enfrentamiento de nuevo activo, la guerra se va a trasladar a la Magna Grecia.
Segesta, aliada de Atenas, es atacada por Siracusa, lo que provoca el ataque de la flota ateniense. El contraataque espartano en defensa de su aliada no se hizo esperar. El enfrentamiento se traslada de este modo al sur de la península itálica. Tras diversas batallas, la victoria se cae del lado espartano que consigue aniquilar a la flota ateniense dirigida por Alcibíades. La derrota de Atenas supuso un duro golpe, colocándola al borde del abismo.

Esta situación se agravará en 415 a.c.,  ya que Esparta recibe ayuda persa en forma de naves y dinero a cambio de su renuncia a las ciudades jonias; el fin de Atenas estaba servido; aún así Atenas tenía todavía algo que decir.
En 410 a.c. la flota ateniense derrota a la espartana en Cizico, sucediéndose una serie de victorias atenienses que le darán un respiro.
Sin embargo a partir de 407 a.c. la guerra dará un giro radical, tornándose del lado espartano. En 407 a.c. los atenienses son derrotados en Nocio, aunque estos devuelven el golpe en la batalla de Argimusas (406 a.c.), aunque esto no fue más que un espejismo.
 En 405 a.c. va a tener lugar la batalla definitiva. En Egospotamos el ejército ateniense es destrozado, a lo que sigue el asedio de Atenas que capitula en 404 a.c., poniéndose fin de esta forma a la Guerra del Peloponeso.

La "Muralla Larga", unía Atenas a su puerto del Pireo.
Las  condiciones de paz fueron muy duras para Atenas, pues a parte del reconocimiento de la hegemonía espartana, se le obliga a la disolución de la liga Délica, la entrega de su escuadra o el desmantelamiento de la "muralla larga".
Pero en realidad lo que este conflicto supuso fue el principio del fin del mundo griego, un mundo que fue incapaz de entenderse. La debilidad griega facilitará, tras una breve hegemonia tebana, la conquista de Grecia por un macedonio, Filipo II.

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