Cuencas y vertientes peninsulares. |
En la Península Ibérica se distinguen tres grandes vertientes hidrográficas: la Atlántica, la Mediterránea y la Cantábrica. Esta disposición de la red viene determinada por el relieve. La vasculación de la Meseta hacia el Atlántico y el levantamiento en su borde oriental provocado por el Sistema Ibérico, junto con la línea que conforma la Cordillera Cantábrica al norte, determinan su configuración.
La convergencia de las tres cuencas se establece en el llamado Pico Tres Mares (Cordillera Cantábrica), denominado así por dispersarse sus aguas al Cantábrico por el río Nansa, al Atlántico a través del Pisuerga (afluente del Duero) y al Mediterráneo por el río Híjar, afluente del Ebro.
Desde el Pico Tres Mares la divisoria de aguas continúa por las serranías Ibéricas hasta las sierras de Cazorla y las Villas, continuando por las Béticas hasta el Campo de Gibraltar, tramo que delimita las aguas atlánticas (Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir) de las mediterráneas (Ebro, Júcar, Segura).
La vertiente Cantábrica queda delimitada por la propia cordillera,continuando por la Sierra de Meira, al norte de la provincia de Lugo.
De esta distribución de aguas en la Península se desprenden dos características esenciales:
- La disimetría, referida a la gran desigualdad en cuanto a extensión de las dos grandes vertientes, la Atlántica, donde drenan el 69% de las aguas peninsulares, y la Mediterránea, con sólo el 31%. El relieve y la inclinación peninsular hacia poniente, determinan esta característica.
- Por otro lado, la disposición en paralelo de las principales líneas montañosas de la Penísula (Cordilleras Cantábricas, Pirineos, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena), provoca la organización del territorio ibérico en grandes cuencas hidrográficas, correspondiéndose con los grandes ríos peninsulares (Ebro, Duero,Tajo, Guadiana y Guadalquivir).
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