Retrato de Fernando VII, por Francisco de Goya. |
El rey, quien se ve respaldado por el ejército y las clases
populares, deseosas de su regreso, publica el Real Decreto de 4 de mayo de 1814,
documento donde anula la Constitución que había prometido respetar.
Supondrá esto una marcha atrás, una vuelta al Antiguo
Régimen que tendrá como consecuencia directa una dura represión contra los elementos
liberales y la restauración de instituciones abolidas anteriormente como fueron
los gremios, el régimen señorial o la Inquisición. La situación internacional
derivada de la Europa de la Restauración surgida tras el Congreso de Viena de
1815 favoreció el giro político.
La situación del país era caótica en muchos sentidos: la
guerra, tremendamente destructiva, había provocado más de 300000 muertes, había
arruinado gran parte de la tierra de cultivo y había hecho desaparecer la
incipiente industria española. Pero la reticencia de los grupos privilegiados,
nobleza y clero, al emprendimiento de reformas que salvasen la Hacienda Real,
pues ello supondría su obligación a pagar impuestos, sume al país en el más
profundo de los abismos.
Se comienza a generar de esta forma una oposición de
descontentos, sobre todo de liberales, que desean la vuelta a un régimen
constitucional. Además, dentro del ejército, donde se habían integrado los
cabecillas que consiguieron la expulsión de los franceses, nace una corriente partidaria
de reformas. Los campesinos, perjudicados por la vuelta del sistema señorial,
se sumarán también.
Rafael del Riego (1784-1823). |
La primera decisión del nuevo gobierno fue la declaración de
una amnistía política y la celebración de elecciones a Cortes, donde la mayoría
liberal derrocará de nuevo todas esas instituciones añejas que impedían el
desarrollo de la nación (gremios, mayorazgos, señoríos etc.). Se crea también
la denominada Milicia Nacional, cuerpo de voluntarios armados que tendrán como
principal función velar por el cumplimiento de la constitución y las leyes
emanadas de la misma.
La actitud del monarca, lejos de ser pasiva, será de la de
boicotear continuamente las reformas poniendo continuas trabas a la labor del
gobierno liberal. Su derecho a veto, reconocido por la Carta Magna, así se lo
permitía.
A pesar de todo esto, el descontento del campesinado con el
nuevo régimen iba en aumento, y es que la abolición de los señoríos había sido
algo nominal; seguían sin tener acceso a las tierras pues los propietarios continuaban
siendo los mismos, nobleza y clero, y ellos simples arrendatarios que si no
pagaban eran expulsados. Nobleza y clero, también descontentos, conspirarán
contra el gobierno.
Este estado de incertidumbre hará finalmente que el rey se
decida a pedir auxilio a la Santa Alianza. En 1823, un ejército francés
dirigido por el Duque de Angulema, "los Cien Mil Hijos de San Luís",
penetran en la península, y sin apenas oposición, toman el país en nombre de
Fernando VII y el absolutismo. El coronel Riego es detenido y acusado de alta traición. Muere ahorcado en Madrid. Una nueva etapa de represión se abre en la
Historia de España, la llamada Década Ominosa (1823-1833).
Movimientos militares del ejército francés del Duque de Angulema. |
De nuevo se repiten persecuciones y exilios que ponen de manifiesto la intransigencia de un monarca que ha pasado a la Historia por ser el más nefasto de entre todos, felón para unos, deseado para otros...
La situación de España era lamentable, sobre todo en el
aspecto económico, donde la pérdida de las colonias americanas acentuaba la
crisis. El monarca, en la línea del Despotismo Ilustrado, intenta cierta
reformas que los grupos tradicionales echan por tierra.
Entre tanto, el rey continuaba sin descendencia, lo que
provocó la creación de ciertos círculos que veían en Carlos María Isidro,
hermano menor del monarca, la figura idónea para la sucesión. Pero la situación
iba a complicarse, pues en 1830, fruto del cuarto matrimonio de rey, nace
Isabel quien se postulaba como futura reina.
Se origina de esta manera una cuestión sucesoria, pues los
tradicionalistas apoyaban a Carlos María, y la existencia de la Ley Sálica en
España desde la llegada del primer Borbón, suponían un duro escollo.
Fernando, aconsejado por su mujer, María Cristina, publicará
en 1832 la Pragmática Sanción, decreto que abolía la Ley Sálica abriendo las
puertas de la corona a su hija Isabel.
Se configuran de este modo dos grupos, los tradicionalistas
que apoyan a Carlos María Isidro, y los isabelinos, encabezados por la reina
regente que sabrá atraerse el apoyo de los liberales.
En 1833 se produce la muerte del monarca tras una larga
enfermedad dejando como heredera al trono a su hija Isabel; el conflicto estaba
servido. Los absolutistas no lo aceptarán; Carlos María se autoproclama rey
comenzando el levantamiento carlista. La guerra, una nueva guerra civil, había
comenzado.
1 comentario:
Genial, me aclaró algunos aspectos importantes. Gracias
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