Un espacio personal de reflexión sobre la Historia y otras curiosidades.

lunes, 12 de agosto de 2013

La Guerra de los Siete Años.

La Guerra de los Siete Años fue el conflicto armado que se desarrolló en Europa entre 1756 y 1763 y que va a dirimir la hegemonía continental y colonial.
La paz de Aquisgrán (1748), que ponía fin a las guerras austro-prusianas por el control de Silesia, no pudo resolver el contencioso existente. El descontento austriaco por la pérdida del susodicho territorio era mayúsculo y las reclamaciones para su devolución constantes.
Se abrirá entonces un periodo en el que las principales potencias europeas van a ir perfilando un complejo sistema de alianzas en previsión de nuevos acontecimientos.
La guerra se dirimirá en dos frentes, el continental por un lado, con el problema de Silesia de fondo, y el colonial, entre Francia e Inglaterra, por conseguir la hegemonía en ultramar.

Jorge II (1727-1760).
En 1755 el rey inglés Jorge II firma un tratado con Rusia buscando el apoyo de ésta en un posible enfrentamiento anglo-prusiano. Se trataba de un claro pacto contra el rey de Prusia, Federico II, cada vez más poderoso en centroeuropa y que podía llevar a una ruptura del equilibrio continental.
Pero como todos sabemos, el mundo de la política y de la diplomacia es complejo, y pocos meses después, Inglaterra y Prusia firman el Tratado de Westminster (1756) en virtud del cual Prusia actuaría en defensa de Hannover, territorio unido dinásticamente a Inglaterra. En Francia no daban crédito a este pacto, pues suponía su ruptura con Prusia y un necesario acercamiento a Austria, algo que no estaba bien visto ni por la opinión pública ni por ciertos sectores del gobierno.
Hay que decir que la reina María Teresa de Austria, por consejo del príncipe Kaunitz, intentaba desde 1750 un acercamiento a la Francia de Luis XV con el objetivo de hacer un frente común contra Prusia. En ese momento no fructificaron los negociaciones, pero tras el acuerdo anglo-prusiano todo iba a ser más sencillo.
De esta forma en mayo de 1756, Francia y Austria firman el Primer Tratado de Versalles donde acuerdan socorro mutuo en caso de ataque de un tercer país. Entre las clausulas también se especificaba que Austria no intervendría en la guerra naval de Francia contra Inglaterra, si no que el apoyo sería exclusivamente continental. Los dos bloques quedan de esta forma definidos.

Principales batallas y avances militares de los diferentes contendientes.

Ante las continuas reclamaciones territoriales por parte de Austria, en agosto de 1756, Federico II, gran político y mejor estratega, envía un ultimátum a Austria para que desistiera de Silesia, ultimátum que es rechazado. En respuesta a ello Prusia invade Sajonia, aliado de Austria, por sorpresa y sin mediar declaración de guerra.
Este hecho será aprovechado por el ya canciller austriaco Kaunitz para atraerse definitivamente a Francia. Se firma pues el Segundo Tratado de Versalles (1757) donde se reafirma la unión y acuerdan el reparto de Prusia entre el resto de estados alemanes, al unirse estos, con el emperador Francisco al frente, a la alianza franco-austriaca. También se une Rusia y Suecia, que tenían aspiraciones en la región de la Pomerania (costa norte de Alemania, junto al mar Báltico).
En cuestión numérica la superioridad aliada era aplastante: 130 mil austriacos, 110 mil rusos y 130 franceses frente a los 147 mil soldados prusianos. Pero esta coalición carecía de coordinación y de unos intereses muy dispares.
A favor de Prusia señalar la enorme disciplina de su ejército y su gran formación, a parte de disponer de oficiales competentes. Además Prusia contaba con el apoyo inglés.
Tras ocupar Sajonia, Federico II se lanza contra Bohemia con el objetivo de llegar a Praga, pero es derrotado en Kolin (junio de 1757) y tiene que replegarse a Sajonia.
En la batalla de Hastenbeck, Francia derrota al ejército inglés que defendía Hannover. Los ingleses se ven obligados a capitular y quedan cercados en Kloster-Seven. Hannover cae en manos francesas.
Mientras los suecos desembarcan en Pomerania y los rusos vencen en Jaegersdof, ocupando Prusia oriental. Los franceses siguen avanzando hacia Sajonia. El final de Federico II parecía cerca.
Pero Federico II, haciendo gala de su enorme astucia militar, y aprovechando la descoordinación y poca iniciativa por parte de sus adversarios, decide dirigirse hacia el oeste y hacer frente a Francia. El 5 de noviembre de 1757, en Rossbach, derrota al ejército francés a pesar de que le  superaban en número. Alentado por esta victoria avanza hacia Silesia al encuentro de los ejércitos austriacos, a los que derrota en Leuthen (5 de diciembre).
Los rusos van a reactivar el frente del norte y marchan sobre Brandeburgo, aunque son derrotados en Zondorf (25 de agosto). Los franceses, humillados tras su derrota en Rossbach, son obligados a abandonar Hannover tras el ataque inglés, ejército comandado por Fernando de Brunswick, lugarteniente de Federico II. Los prusianos también vencerán en Krefeld (1758) y Minden (1759), aunque en Bergen (1759) y Klostercamp (1760) la victoria cae del lado galo.

Federico II el Grande de Prusia.
En 1759 (12 de agosto) Federico II, en su intento por defender Berlín, sufre una rotunda derrota a manos de rusos y austriacos en la batalla de Kunersdorf. De nuevo parecía el final prusiano, pero una nueva descoordinación por parte aliada, los austriacos se dirigen a Silesia y los rusos a Berlín, le da tiempo suficiente a Federico para reorganizar su ejército y conseguir dos victorias consecutivas en Liegnitz (Silesia) y Torgau (Sajonia) en 1760.
A pesar de ello el estado del ejército prusiano era muy delicado. Con apenas 60 mil hombres, mal pertrechados y equipados, resultado de una leva apresurada, el apoyo inglés se hacía necesario. De nuevo la derrota de Federico II parecía inevitable.

Pedro III de Rusia.
Pero un hecho vendrá a insuflar nuevas esperanzas a los prusianos. En enero de 1762 muere la zarina Isabel, y el nuevo zar, Pedro III, admirador del talento militar de Federico, decide parar las ofensivas y entablar negociaciones bilaterales con Prusia. En mayo de ese año se firma la paz; Rusia devuelve Prusia oriental y declara la guerra a Austria. Suecia, aislada, abandona Pomerania y la restituye a Prusia.
A esto le siguen dos aplastantes victorias prusianas sobre Austria en Durkersdorf (21 de julio) y Reichenbach (16 de agosto). El emperador alemán también es derrotado en Freiberg (octubre de 1762) y Prusia ocupa los estados de los príncipes alemanes.


María Teresa de Austria.

Llegados a este punto, la situación de los diferentes contendientes era crítica y no era mal vista una salida negociada del conflicto. En noviembre, Inglaterra y Francia acercan posturas, mientras que María Teresa de Austria solicita a Federico II negociaciones con el vivo deseo de acabar con la guerra.
De esta forma en 1763 se firma la paz de Hubertsburg. En ella Prusia mantendrá Silesia, Sajonia era devuelta a su elector y Federico II se comprometía a apoyar al hijo de María Teresa en su candidatura al trono imperial.
 Los cambios territoriales fueron mínimos, pero el equilibrio de poderes en el continente europeo sufrió cambios. Prusia aumentó su prestigio, al igual que Rusia, que comienza a tener peso en la política europea. Por el contrario para Francia, la gran derrotada, la guerra supuso un gran esfuerzo económico que debilitará mucho su paupérrima Hacienda, además de la pérdida de poder político en el conjunto del continente europeo.
La gran beneficiada, sobre todo en el plano colonial, fue Inglaterra, que acrecentó su superioridad marítima.
No me resisto a acabar este artículo sin hacer una pequeña referencia al conflicto colonial. En norteamérica lo que comenzó como incidentes entre colonos franceses e ingleses, desemboca en un conflicto que lleva a los británicos a ocupar Quebec y Montreal (1760). En el Caribe los ingleses toman Guadalupe (1759), Martinica y la Habana (1762). En África toman las posesiones francesas de Senegambia y en la India los expulsan tras la toma de Calcuta y la victoria en la batalla de Plassey (1757).
En 1763 ambos países sellaron la Paz de París en la que Francia cede a los británicos Canadá, Cabo Bretón y Senegambia. España, que participó en el conflicto a partir de 1762 (Tercer Pacto de Familia), debido a sus continuas fricciones con Inglaterra (acoso de la piratería, ataques a sus costas y colonias etc.) entrega la Florida  a cambio de la Luisiana, la Habana y Manila, estas dos últimas tomadas por los británicos.

No hay comentarios: