Rendición de Granada, de Francisco Pradilla. |
Estas capitulaciones, se denomina así a todo contrato entre el monarca y un particular, fueron firmadas en Santa Fe, lugar a las afueras de la capital granadina donde los Reyes Católicos establecieron su cuartel general desde donde finalizaron la toma de Granada. Tuvieron como finalidad el regular las condiciones en que se realizaría el proyecto colombino, dando lugar a una serie de compromisos que fueron adquiridos por ambas partes.
Este no fue el único intento de Colón por vender su proyecto, sino que existieron una serie de tentativas al respecto que es lo que se han denominado como gestiones colombinas.
Colón, que había vivido diez años en Portugal, presenta por primera vez su proyecto al rey portugués, Juan II, que lo rechaza, entre otros motivos porque los portugueses ya tenían muy avanzada la circunnavegación de África en su intento por llegar a la India.
Billete español de 5 pesetas (1945) donde se representa la firma de las capitulaciones. |
La intención de Colón fue la de dirigirse a Francia, aunque consigue una nueva entrevista con los Reyes Católicos, iniciándose una serie de negociaciones que se concretarán en las Capitulaciones de Santa Fe de 1492.
Reseñar en todo este proceso el empeño e interés que en ello demostró Isabel la Católica, quien vio en el proyecto colombino la posibilidad de competir con los portugueses en la carrera colonial, lo que le llevó incluso a empeñar sus joyas.
La expedición, compuesta por tres naves (la Pinta, la Niña y la Santa María) y unos cien hombres, sale el tres de agosto de 1492 del puerto onubense de Palos, iniciando de esta manera la travesía que les llevará al descubrimiento del Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492.
Las naves colombinas de camino al Nuevo Mundo. |
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